sábado, 26 de abril de 2014



Escribir las frases
Que liberen mis tripas
Que me vacíen
Y me llenen
De una sustancia nueva
Escribir las paredes
Que no existen
Con la sangre que me brota
De los ojos obstinados
En ver y ser vistos
Algo tétrico
Y dulce
Casi como el metal
Casi como quien se rasca
Casi como el sudor
O las lágrimas

Disolverse en lo incorrecto
Como un deber
No me amedrentarán
Con sus dedos

Ella se encontró señalando
Lo que se debe
Lo que no se debe
Y se sintió plena
Al torcer su deseo
Pero la otra
Que también es ella
Lloró
Y perdió su tiempo
No su espacio
El espacio ya le era propio.
Entonces la dueña del tiempo
Que era también ella
Con su dedo rígido,
Y su sonrisa irónica
La siguió por las calles oscuras
Y aunque no le correspondía
Ese camino
Debía bajarse ahí
En el mismísimo lugar
Que quien se apropió
Atropelladamente
Del espacio.

Ambas entraron
En el tugurio escarlata
Cubierto el techo de espejos
Y lentejuelas
Una porque debía
Porque le era propio el lugar
Otra, ya sin saber por qué,
Su dedo ya encogido
Sus certezas dudosas.

La primera fue despreciada
Al igual que la segunda
Y ahora no se distinguen
La una
-----------de la otra
Pero queda más bien la angustia
Y esas ganas irrefrenables
Inexplicables
De quedarse ahí
Para ser miradas.
Sencillamente
Para eso.