sábado, 28 de enero de 2012

La excepción a la guerra *

-¿y lo volviste a ver? Me quedò sonando esa pregunta...no, pero tampoco me lo habìa planteado. Yo hice lo que quise, ya. Creo que soy un poco egoìsta, fue una màscara que construì de a poco, porque cuando me expongo, cuando no soy egoìsta, sufro. No, no lo volvì a ver.... Un mes, se pasa volando, eso es presente extendido... el futuro, que hoy es pasado, es un poco màs extenso aùn. Y yo seguì camino, con todo. Y no suelo volver atràs. Sì. Claro, hay excepciones, pero de esas que confirman la regla. Excepciòn clase A, o tipo 1. "la vuelta atràs en la nostalgia". Es la forma màs comùn de volver, en ese tranvìa eterno retro kitch. Voy còmoda en esos viajes, porque viajo a menudo. Cuanto menos una vuelve, mejor dicho, cuanto màs firmemente una sostiene la teorìa de seguir camino, como una bandera... bueno, màs se sube una al tren de chocolate. Es un vicio, pero tambièn una necesidad. Mirando por la ventana, siempre viajando a la inversa, se mira el camino que se dejò, el camino mantecol que se va abriendo a medida que el tren-tranvìa avanza, porque avanza igual, nos lleva de la nuca, y acà queda afirmada la regla, por màs que se vuelve, se sigue yendo, hacia adelante. Excepción Clase B, mejor tipo 2, porque pareciera que es menos importante... "la vuelta atràs en coche nuevo". Es una forma imprevista. Una se baja de donde sea, o se sube a un mòvil, y de golpe se da cuenta que ese paisaje es el mismo, que nos cambiaron de nombre las calles pero son gemelas, que la luz, la luz, corta el aire de la mismìsima forma. Entonces parece imposible, pero no es que nos hayan engañado, es que una se confundiò, a veces puede suceder, y se subiò a las tazas locas, entonces parece que avanza, pero no, gira, y de tanto girar, vuelve al mismo lugar, pero ... Primero la magnìfica ilusiòn de despegar y volar si maniobramos con fuerza el volante. Segundo, se avanzò en espiral, hacia afuera, o hacia adentro, como màs guste uno avanzar, pero ya no se està en el centro, porque para salir de las tazas y cambiar de juego hay que estar en el borde, y se empezò desde el medio. Entonces tambièn es avance, màs lento claro, si andàs dando vuelta en cìrculo es màs difìcil avanzar. Pero es avance de todos modos, por la espiral. Siento que esta forma es difìcil de explicar, sobre todo el avance, pero crèanme, se avanza, y suele ser la forma màs legitimada socialmente de avanzar, con el retroceso permitido, quizà porque yendo en espiral no tenès màs opciòn que mirar de vez en cuando las caras de tus coetàneos que andan girando como vos, con vos... he ahì la legitimaciòn social. Excepciòn tipo 3. "de los coetàneos a lo que me llevo pegado al cuerpo". Hay rarìsimas excepciones de aquellos que deciden avanzar contigo, rarìsimas, contadas. Pareciera de golpe que una anda en una cinta caminadora y sigue en el mismo lugar, pero es solo la sensaciòn. Porque el paisaje cambia, solo que mirar ese rostro, esos ojos, agarrar esa mano amiga... Vamos caminando, aquì se respira lucha. Y en la calle codo a codo, somos mucho màs que dos. Toma mi mano hermano, vamos a caminar... etc. En todos los àmbitos, hay quienes caminan juntos, y da la sensaciòn de estarse quieto, de presente eterno, porque eso, por los ojos, porque puedo dejar de mirar para adelante, y sin duda no mirar para atràs, y seguir avanzando con la mirada clavada, en la mirada clavada. Y es la forma mejor de avanzar. Aunque disfrute de las otras. Es la forma mejor de avanzar. Entonces volviendo a la pregunta inicial, nunca vuelvo a ver a nadie... simplemente veo a quienes no he dejado de ver. Lo demàs es puro recuerdo, o relàmpagos de vidas ajenas en la vertiginosa espiral de la vida. Asì avanzo, empujada y sostenida por la excepciòn. *El tìtulo fue un acto fallido. Està claro que iba a poner a la regla pero por alguna razòn mi mente puso guerra. Me quedè pensando no en el vìnculo entre guerra y regla sino en por què no pude poner regla... primero pensè en la menstruaciòn, y ahora pienso en los lìmites... debe haber algo de todos modos, y por sobre todo, por debajo, algo de guerra y condiciòn femenina, esto de ser mujer guerrera.O algo asì.

J.C.B

Hay dìas difìciles. Hoy es uno de ellos. Me despertè con una tristeza tibia. No voy a esquivar las ganas de llorar, pero tampoco voy a apurarlas. Cuando uno apura un vaso o se derrama o te patea el hìgado, o lo que es peor se te sube a la cabeza y andàs por la calle diciendo estupideces. Mejor dejar ahì el vaso, la taza tibia, en el pecho, aùn no està en la garganta. Todo corre el riesgo de ser magnificado... esa ausencia, esa espera, esa canciòn. Y sobre todo la permanencia oculta de la verdadera raìz del espanto. Sì, ahora dije espanto. Me sobrevivì a tantas calamidades, me dispuse de frente para frenar y atravesar tormentas. Heme aquì, entera, màs fuerte. Pero el recuerdo ¡mi Dios! El recuerdo de la angustia aterroriza a los màs fuertes. Sì, cariño, me puse bien, vos sabìas. Pero esta manta tèrmica sigue pegada a mì, y cada tanto me toma por sorpresa. Si me hubiera quedado, si me hubiera quedado...no, es simplemente esta manta tèrmica la que me lleva a pensar eso, nunca hubo dònde quedarse. Fue culpa de Baglietto creo yo, porque me remontò a mi adolescencia, la verdadera, la otra, en la que las angustias superaban mi capacidad de salto. Ahora sè saltar, sè volar, sè nadar. Puedo irme, puedo irme.... Y quedarse my dear, quedarse siempre es un peligro.