miércoles, 12 de marzo de 2008
Quien sabe
Finjo ser yo para pasar desapercibida. Para que nadie note mi degradè, este
mafioso sonambulismo.
Podrìa improvisar todos los discursos que debiera haber memorizado, podrìa escupir como nuevas esas palabras acuosas, amarillentas. Me callo.
¿No creés que sea posible? Pero mirá, quedáte acá, dejame seguir sobre este escenario, que es tan hermoso, tan terciopelo azul, tan de madera añeja.
Y ahora suena esa mùsica, y yo puedo moverme de tal modo que el pùblico entienda que estoy por meterme en el espejo, en este espejo que no ven, porque està tras bambalinas, pero lo veo yo, y es como si ellos tambièn lo vieran. Hundirme en este espejo, opaco.
Finjo ser yo, me espero, me aguardo. ¿Quièn ha de esperarme sino?
Cuando llegue es probable que ya me haya ido.
sábado, 8 de marzo de 2008
Palabras de otros
"Còmo explicar con palabras de este mundo que partiò un barco de mì llevàndome"
Alejandra Pizarnik
lunes, 3 de marzo de 2008
voses
"Que me dejes en paz, ¿què?, ¿no ves que estoy sola? y no quiero estar sola"
Dije que me duele, que dejes de herirme, que no me empujes màs, que no quiero, no quiero.
"Es responsabilidad tuya estar sola. Si uno está solo la culpa es propia".
"Que lo sè, lo sè, y es por eso que duele màs. Lo que pasa es que no sè còmo no estar sola"
Y llorè, y me despertaron tus gritos, que no eran tuyos. O màs bien no eras vos el que me decìa esto en el sueño.
Era yo la que escuchaba, de eso no hay duda, la que escuchaba tu indiferencia lastimera y tus gritos, la misma de este lado y del otro del espejo.
Luego, de nuevo allà, toquè un violonchelo. Y vos, otro vos, me mirabas tocar. Y allà a lo lejos tambièn vos, otro vos, el siempre vos, que me dejaba tocar. Pero vos, este vos, el que cerca miraba, casi que me acariciabas los hombros con tu respiraciòn. Y yo tocaba sabiendo que nunca antes, sabiendo que no sabìa.
"Està muy bien, está muy bien". Dijo la voz.
"Quizà sea esto la mùsica. Hacer lo que se pueda. Y los demàs diràn que es arte. Pero yo sabrè... y animarme, quizà sea eso la mùsica".
Luego supe, de este lado del espejo, que vos tambièn eras el chelo.
Y yo era... bueno, yo misma. Una pena, me hubiera gustado ser yo el chelo.
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