domingo, 3 de agosto de 2008

En la escuela

Aún llevando en el estómago este miedo inenarrable, puedo entender tu angustia, quizà por el miedo mismo, tu indescifrable inseguridad. Todo perece. Todo se rompe. Vos lo sabès y tambièn yo. Lo digo para que nos sintamos menos solos. A pesar de saber imposible la salida de este hueco. Cada uno con su miedo, no haremos mucho. Pero quizà podemos dormir un rato. Quizà hoy no tengamos pesadillas. Quizà luego creamos que despertamos y seguiremos dormidos, vagando por ese mundo onìrico de paredes inflables. O tal vez, y esto es casi un ruego, todo esto sea sueño y no vigilia. Y podamos despertar de veras una vez que cerremos los ojos. Y serà Dios o Justicia, y quizà sean lo mismo. Pero serà algo, que llene esta lucha de sentido. Y valdrà la pena tanto sacrificio, tanta noche en vela, tanto cuerpo cansado, tanta làgrima, tanto grito y por sobre todo, tanto silencio.

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