miércoles, 12 de enero de 2011

Fue un lento recuperarme, tomarme, ocuparme... Se trabajó primero, como se debe, en el plano material. Primero hay que evaluar y direccionar las fuerzas productivas... me organicé y empecé la lucha, contra mis propios fantasmas. Me convertí en una plastilina multicolor, para poder modelarme, y recuperé mi nombre, oculto detrás de tanta ficción y narrativa hermosa pero ajena. Me desprendí incluso de los libros que sostenían las ficciones, un desprendimiento mentiroso, pero ritual. Me desnudé, me enfrenté como de costumbre a las verdades, pero esta vez las abracé, algunas me resultaron espinosas y aún me dan miedo, pero muchas de ellas están tan adentro, y afuera, las puedo mostrar como tarjetas, porque las plastifiqué, luego de entenderlas. No, no son mis credenciales en el mundo, no debo presentarme por mi dolor, soy mucho más que eso, mi dolor es una circunstancia, un estado, no mi esencia, mi esencia, uff, no sé qué es, pero si lo supiera no sería realmente mi esencia, porque lo esencial es esencialmente inasible, ergo... Brillar, lo dicen todos, brillar... hoy lo escuché de lugares tan inverosímiles, tan disímiles... brillar como una cosa distinta, una acción diferente a abrir las persianas y ver el sol... brillar yo... y que la oscuridad se esconda, desaparezca... Es posible. A veces la luz quema, quema adentro y es hermoso, porque grita por salir, pero a veces también quema en las manos, y queremos dejarla caer, o meternos en la bañera de golpe... pero el error es ese, sostener la luz con las manos, si la luz está para salirse por todos los poros, por los ojos, la boca, los oídos, la luz ruega escaparse, quema si quiero tocarla, en vez de dejarla ser... como yo... esa esencia inasible... como vos, como todos... no soy especial, pero soy yo, y soy única, como vos, como todos, pero yo soy yo. Y parece tan básico, pero al mismo tiempo tan difícil de entender, no puedo ponerle una imagen a ese concepto, pondría mi foto, pero ¿cuál? si mi imagen cambia, tanto ha cambiado.... pero debiera poner mi foto en ese concepto... siempre pensé que un ojo mío me sintetiza, porque tengo algo con los ojos, y porque no cambian nada con el paso del tiempo, siguen ahí, casi inmutables, definitivemente inasibles, y aquello de que lo esencial es invisible a los ojos... bueno, pues no estoy de acuerdo... lo esencial son los ojos, mis ojos... que ven, que me ven, que lloran y ríen, que permanecen y parpadean, que también deciden cuándo cerrarse y dormir, pero sobre todo que sintetizan ese adentro y afuera... lo esencial son los ojos. Y aún me falta tanto por mirar, sobre todo de mí misma... aún no compré un espejo... esa es una tarea casi urgente. Ya trabajé sobre la materialidad, ahora hay que trabajar la imagen, ese holograma íntimo y apelmazado... ahora hay que pintar el fantasma del color que yo quiera mirarlo.

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