domingo, 11 de septiembre de 2011
Vivo con vértigo.
Leer y saber que es lo mismo.
El borde, la posible caída
La caída anterior
El dolor de espaldas.
Pero este vértigo es distinto
Pero este vértigo es distinto.
Es igual, porque me tira.
Es distinto, porque voy a poder volar
Porque vuelo.
Vivo con vértigo
Y es como “bailar al borde del abismo”
Vivo con vértigo, me vierto, me vierto,
Yo soy mi propia vertiente, y nada de esto tiene sentido.
Salvo seguir, luchar, romper, gritar.
Y aquello de que las señoritas no gritan
Aquí gritamos todos.
Yo grito, y no me importa nada si eso me impide ser señorita.
Me hice señorita hace rato
Me hago señorita todo el tiempo
No suelo usar pollera cuando quiero estar cómoda
A veces quiero estar incómoda,
Para ver cómo se siente
Y otras veces ando desnuda
Al final, quién diría
Mirarme de reojo y gustarme
Hay días que todo cuesta
Hay días de peso supremo
Pero el vértigo, todo es tan leve cuando el precipicio fue aceptado
Todo es tal leve, cuando caer es una consigna que sabe a viejo
Todo es tan leve, cuando se quiere volar
Entonces voy a pedalear en el aire,
Voy a mover bajo mi cuerpo esa masa informe
Voy a mover todo lo que sea necesario
Voy a, voy a… y si no puedo
Pues caeré…. Ya he caído antes y aún así se sobrevive.
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