Y estoy
yo
En mi
cotidianeidad
Yo con
las uñas despintadas
Lavando
ropa a mano
Como me
enseñó mamá
Yo
cantando a los gritos
Con las
ventanas cerradas
Como cuando
era adolescente
Dudo,
no sé si aún lo soy
Sigo ahí,
Un poco
lloro
Por mí,
siempre lloré a escondidas
Y escribí
las lágrimas
En un
colchón
Para dormir
Y soñarme
otra
¿cuál?
Otra
Yo
Soy. Y
punto.
Dejar
de cuestionarme
¿cómo?
Si allí
está también la pregunta.
Entonces
las bandas
Que tocan
Lo que
se supone
Y yo
que escucho,
Aun con
todo apagado
Y yo
que escucho
Y entiendo
Más de
lo que dicen
Y tiemblo
un poco
De comprender
que siempre
Es algo
más
Más allá
Más en
otro lado
Más adelante
siempre
Y aunque
cansada
Sigo,
sigo, sigo.
Me
duelen las manos
De caminar
con los dedos
Y que
todo quede aquí
Para ser
leído
Por
ojos muchos
Y ninguno
¿publicar
es acaso saltar una cerca?
¿No
publico si ojos muchos me leen?
El
libro, como esa materialidad que soluciona
Por aquello
del árbol, del libro…. Y del hijo
No puedo
hacerme la idiota
Entonces
ni árbol
Ni libro
Ni hijo
Y sigo
acá,
Cantando
a gritos
Entonando
por momentos
Un poco
imaginando
Que canto
afuera,
Esa canción
única
Que me
saca de mí,
Y me
vuelve tan inteligible
Como estas
canciones.
Un
verano más de palabras
Dichas
Escritas
La señora
de las palabras
Lo que
me salvó me condena
Quiero silencio
Pero ese
silencio de adentro
No el
de Alejandra
Ni el
de Afonsina
Que es
el mismo
Quiero el
otro silencio
El de
Buda,
El de
Ghandi
El que
no sé cómo
El que
nunca me roza
Y tanto
ruido acá
Que mejor
cantar a gritos
Y escribir
corriendo
Y correr
de mí
Mañana
siempre es mejor
Porque es
mañana
¿cuántos
mañanas?
Ese
poema ahí, que no me animo
Ese poema
ahí, tan diferente
Y la
realidad que no es como dice el general
Es más
bien incierta
Es mucho
más incierta
La verdad,
es una completa falacia
No existe
Y eso
debiera ser un alivio
Sin embargo…
desespero
Hubo un
tiempo
En que
Dios era luz
Y estaba
en la lámpara partida de mi cuarto
En ese
tiempo supe hablarle
Y escucharlo
Ahora,
trato, trato
No
encuentro la lámpara.
Pero sé
que me escucha.
Eso sí
es un alivio.
En el
periplo de un año de angustias
Que quiero
dejar en el pasado,
Entre tanta
lágrima
Ahí estuvo
también la esperanza
Y quizá
la estrujé tanto
Porque quería
devorármela
Digerirla
Asimilarla
Y ser
yo la poseedora, no quien la mira
No sé
cómo
Aún no
Quiero creer
que podré
Que podré
Que esa
sensación de verdor
Va a
aparecer
Que la
sonrisa no va a ser más un tic
Ni una
costumbre
Sino que
me va a salir de adentro
Y un
día me despertaré tan feliz
Que me
sentiré ajena
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