domingo, 27 de abril de 2008

Agónico frenesí

Devenir en islote
sumida en el sueño
dejarme corroer por el tiempo
sinuoso, verdeoscuro
Advertir inconciente
la débil monotonía
descender descender descender
sin resbalarme
Me abrigaré con tu piel sin que lo notes. Seré un tímido felino, seré un aire imperceptible, seré el desgarro de la noche que no quiere ser dicho.
Lo escrito en el humo
el susurro sin viento
el viento sin esperas, sin movimiento, detenido
Caen las gotas
lentas
Se van desgajando de a poco

se van desprendiendo

se desenvuelven y se arquean

se dispersan desparejas

se desparraman

se desparpajan

se arrepienten y vuelven

a cubrir mis ojos, mis sombras.
Esta sonrisa significa, supone. No supongas sobre mi sonrisa...cuando se desprenda del techo, por el goteo constante, por la humedad corrosiva, el ruido mudo de su caída interrumpirá tu letargo.
Ancla eterna
herrumbre viajera
espejos rotos esparcidos
nadie advertirá mi agonía.
Devenir en arena
someterme a la niebla
esconder esperanzas
diluidas, añejas
desconfiar de la rima
que todo lo ordena
Y en el murmullo de tu risa tosca, inoportuna, bailaré hipnóticas danzas que buscan sentido. Y en el atisbo de tu caricia que se obstina en la huida, huiré yo antes. Y seré yo la niebla, el humo, la herrumbre escondida.

1 comentario:

malena dijo...

¡Uff, cuántas imágenes y sensaciones en un solo texto!
Me pregunto por qué tantas palabras que no llegan, tanto humo, tanto escape.
Lindo texto.