miércoles, 18 de marzo de 2009

Y de fondo sonaba Cambalache

La pava en el fuego, casi se hierve el agua. Como un baldazo de sorpresa me desayuné de su inverosímil incidente, bah, eso de inverosímil ahora que se ha tornado moda parece una exageración. No puedo pensar claro con el tango de fondo, pero quiero contarlo así, tan redundante. Ella, mujercita de un señor, ella, tan fina, tan de taco, tan con sus cirujías, había sufrido los días pasados un episodio de inseguridad. Cosa terrible si las hay. Paso a detallar los sucesos acaecidos por la señora en cuestión. Levantóse aquella mañana con su joggineta correspondiente.Los martes le tocaba usar la azul, que combinaba perfectamente con el lazo elástico con el que se ataba el pelo y con el que paseaba a su can. Entièndase que se trataba de dos lazos distintos. Ataviada para la ocasión saltó a su vereda, pulcra como ninguna, hizo una venia ininteligible al encargado de su edificio torre y salió a trotar. Pobre perro, apenas si alcanzaba a seguirle el paso. Estaba a punto de llegar al parque, a punto de alcanzar la esquina previa, a punto de bajarse de la vereda, y fue allí, allí mismo que ocurrió. Comenzó por el estómago, como unas terribles ganas de comer, o vomitar, nunca pudo explicarlo con certeza. Luego las manos rígidas, y el lazo azul que se cayó liberando al perro que la miraba, dudoso, que miraba la plaza y su libertad. Alguien se acercó a ayudarla de prepo, cuando algún peatón sufre un episodio de inseguridad es menester que alguien se acerque a brindarle ayuda, aunque el sujeto en cuestión se resista. La medida paliativa elegida por el ayudador fue un abrazo asfixiante. La señora se deshizo en patadas y manotazos que no fueron suficientes para soltarla. "Era grave, la señora estaba muy asustada, yo nunca vi un episodio de inseguridad como ése"- testimonió el ayudador a esta dependencia horas más tarde. Según testigos del hecho la señora no pudo responder con seguridad a ninguna de las siguientes preguntas: - ¿Cuàl es su nombre? ¿Dónde vive? ¿A quièn votò en las ùltimas elecciones? ¿Què opina de lo que dijo Susana Giménez? ¿Dónde está su perro? Una vez vuelta en sí la señora que ahora se encuentra llena de indignación, como suele ocurrir en estos casos, tomó cartas en el asunto, tomó todo el mazo y decidió convocar una movilización para esta tarde. Allí irán, si se deciden, todos los inseguros, si se animan. Cada uno llevará una pancarta con su grito de guerra. El de la señora es un ladrido, porque el perro, en medio del abrazo asfixiante, decidiò que ya era hora, ya era hora, y no volviò màs a trotar por las mañanas. El agua hirviò, no, para el mate no sirve, me tomarè un tè, como harìa la señora, y voy a mirar por la tele la movilizaciòn, hundiendo en la taza unas pepas. Cada tanto pispearè què sucede en el Congreso, que por ahì andaba algùn Cacharero o Chacarero, no sè bièn còmo se dice, discutiendo no sè si las elecciones anticipadas o las retenciones. Y de fondo aún sonaba Cambalache.

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