sábado, 10 de diciembre de 2011

Algo áspero y veloz

Todo se complica cuando hay arena, ahí en las comisuras de los labios, ahí entre los dedos de los pies y de las manos. Difícil caminar, salen ampollas. Las ampollas se explotan y duelen y gritan en este verano atroz. Debería dormir. La música mía es siempre la misma, las voces oscuras que adormecen ese hígado. Ahí vienen los fantasmas, los de siempre y sus amigos, esos otros con puñales y puñetazos. Vengan aquí está mi estómago, mi esofago, el resto de mis tripas. Pero mi hígado está dormido, no sufriré mientras así sea. El corazón es otra cosa, es solo un puente, todo pasa por ahí, él no sufre, ve sufrir. Y yo, qué soy yo? No, no la suma de las partes. Y yo, ese todo que se desmembra minuto a minuto, quisiera dormir, para despertar y volver a dormir. Irme, como quien se desliza hacia ningún lugar, y volver a empezar, pero en serio. Lejos, de mí, donde esta música y estos fantasmas no puedan encontrarme. He de cortarme la cabeza para dejar a los fantasma habitando su escondite. He de correr descalza de nuevo, una y mil veces, mirarme sin ternura, enternecerme con cualquier otra imagen que resultará siempre más piadosa que yo. Porque la arena también está en el ojo, y mirar duele, pero también cerrar los ojos. No hay rincón confortable. "no se acomoden en este mundo" Dijo San Pablo. ¿Cómo hacerlo? Si el mundo nos expulsa, nos escupe, nos arrolla. Qué mérito tengo en sufrir, en padecer, en poner el pecho a esta balacera si no hay otra opción, si tienen mis manos atadas a estos árboles, y mirar de frente es sólo por curiosidad, para ver quién me mata, quién me mata. No podré desatarme, ni tampoco quitarte el arma, pero mis ojos arenosos quedarán incrustados en tu memoria, y no dormirás de noche, como yo no he de dormir ya nunca más. Y sufrirás la culpa, la culpa, la horrorosa culpa de dejar huérfanos a mis fantasmas. Que habrán de perseguirte, que habrán de habitarte, de expropiarte de tus otros pensamientos, y cuando te vacíen, cuando tu cabeza quede vaciada de vos y habitada por todos mis muertos, entonces volveré en mis muertos, y seré libre.

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