domingo, 4 de diciembre de 2011

Mersa

Arriesgarse, un poquito, cuando ya todo está consumado. Nada nunca está consumado, todo fluye, se transforma. Y ahí vamos nosotros. De repente todo es menos áspero. Y yo también fluyo. Cuando comencé, como siempre, quise que esta vez fuera en serio. Que las palabras fueran pronósticos y quedarme yo callada. Lo que ocurre es que siempre es más tentador ver hasta dónde, buscar el límite más allá del límite. Cuando todo deja de ser blando y comienza el golpe. Es más tentador y allí vamos, para extendernos, para no ser sólo lo que nos alcanza entre las yemas de cada dedo mayor de las manos estiradas a los lados. Si puedo ser todo, absolutamente todo, hasta donde no pueda ser, e implote. Volver sobre lo escrito, y pasarlo a palabras ajenas, en el solo acto de leerlo. Ahí va mi subjetividad, construida, toqueteada, ahí va, lejos mío, y la veo irse y me siento plena, porque ajena a mí es una obra completa. Todo lo completo es aquello de lo que carezco. Es así, en todas sus dimensiones, en la dimensión agradable del ya acabé, pero también en la dimensión de la pérdida, de la eterna falta de aquello que nos fue quitado. Varios intentos costó decir ilusión. Parece una infamia nombrarla, una imbecilidad creer posible. .. Ir, siempre ir... cuando las venas duelen de estar tan quietas, cuando se quiere volar, y es tan sencillo en los sueños. Sólo arrojarse, me hincho y me estiro. Allí me aguarda quizá algo chocolate, algo tibio, algo nuestro. Quise ser dos, quise ser un vos, quise ser, ajena a mí, y la realidad me devolvía sólo un espejo. Cuando chica solí inventar, la ficción es la realidad que nos completa, en varios ciclos, y ciclos, y ciclos. Ahora grande, ya grande, ya adulta, puedo decir las cosas más horribles esta noche. Pero mejor me callo, pero mejor me duermo, y tal vez caiga, y vuele, pero tal vez también diga, y tal vez vea tu rostro, o el mío, y tal vez mañana, porque puedo escrbir hoy sobre mañana y también sobre ayer pero no sobre hoy, hoy lo vivo... digo que tal vez mañana, te mire, a alguien, y te diga, a alguien que ya, que ya, que mejor dormir, hasta que todo pase... y quizá mañana me digas que ya que ya, que a partir de hoy, me cuidás.

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